El Evangelio de Juan es esencial para la vida de la Iglesia, pues ayuda a la comunidad cristiana a crecer en la fe, a descubrir la centralidad de Cristo como Hijo de Dios y a vivir la experiencia de comunión con Él.
En Juan, seguir a Jesús no es solo aceptar una enseñanza, sino entrar en una relación de intimidad y pertenencia con Él. El Maestro mismo lo dice: “Permaneced en mí y yo en vosotros” (Jn 15,4). La experiencia de fe en este evangelio se entiende como un “estar en”, un permanecer en el Señor que da vida.
Por esta razón, y con ocasión del Mes de la Palabra, la Coordinación de Animación Bíblica invita a todos los animadores de la evangelización a regalarse un tiempo de encuentro personal con Jesús en su Palabra, formándose y profundizando en el Evangelio de Juan.
El Papa Benedicto XVI, en su obra Jesús de Nazaret, señala que “el Evangelio de Juan no es solo un relato histórico, sino una invitación a la fe; es el evangelio espiritual que nos introduce en el misterio profundo de Cristo, el Logos hecho carne, en quien se revela la gloria de Dios”.
